El estado del suelo, factor clave en una Due diligence

Antes de ejecutar una operación de compra o inversión de un terreno o empresa, conviene mirar al suelo para evitar problemas futuros.

Cuando un inversor inicia un proceso de compra de una compañía, terreno o nave industrial, ha de tener muy en cuenta el estado del suelo y todo su histórico, ya que es un factor determinante tanto para el precio como para el tiempo final de la operación, sin olvidar las posibles responsabilidades asociadas.

De la misma manera que se realiza una auditoría previa a una operación de compra o inversión para evaluar los activos y los riesgos financieros, se ha de hacer con el factor medioambiental. Una Environmental Due Diligence (EDD) permite conocer el historial ambiental del negocio o el terreno, en el que se incluyen los requerimientos exigidos, el grado de cumplimiento, las responsabilidades derivadas y los costes asociados, algo que cobra especial importancia en el caso de industrias.

Se debe tener en cuenta que actividades pasadas en un determinado terreno han podido afectar a la zona y que la contaminación del subsuelo permanece si no se actúa sobre ella, por tanto, se puede heredar de unos propietarios a otros. Para evitar sorpresas, es aconsejable realizar una correcta investigación del subsuelo y un Análisis Cuantitativo de Riesgo que determinen cuál es la situación del suelo y contemplen todos los escenarios posibles, tanto legales como económicos.

No atender a este aspecto puede suponer un retraso en los tiempos previstos para iniciar una actividad o construir en un terreno, un aumento del coste final de la operación o incluso responsabilidades legales.

El equipo de Litoclean está formado por profesionales cualificados y con un alto grado de experiencia en la caracterización del suelo y su tratamiento, que darán toda la información necesaria al cliente para que pueda tomar la decisión correcta en el proceso.

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